Strategic Innovation & Digital Transformation

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10 Jul 2025
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Posted by Miguel Martín Lacoma

Mientras las grandes empresas automatizan funciones enteras, las PYMEs tienen una oportunidad histórica: usar la inteligencia artificial para acortar distancias. El futuro no espera. El momento es ahora.

Los ejemplos de IBM y Klarna muestran que 2025 marca el punto de inflexión donde la inteligencia artificial deja de ser solo una herramienta de productividad para convertirse en un reemplazo directo de funciones empresariales completas. Los empresarios que no comprendan esta transición corren el riesgo de quedar obsoletos en menos de tres años. La diferencia entre una empresa que usa ChatGPT para redactar emails más rápido y otra que ha reemplazado el 38% de su plantilla con agentes de IA no es sólo cuantitativa: es una transformación fundamental en la naturaleza del trabajo empresarial. IBM ha automatizado completamente su departamento de recursos humanos, eliminando 200 posiciones y ahorrando 3,500 millones de dólares en dos años. Klarna fue más allá: su chatbot realiza el trabajo de 700 operarios de servicio al cliente, reduciendo el tiempo de resolución de 11 a 2 minutos. Meta planea automatizar completamente su sistema publicitario para 2026, donde bastará subir una imagen y un presupuesto para que la IA genere y optimice de forma autónoma campañas completas. Esta es la segunda ola de la IA: la era de la sustitución.

La primera ola de IA empresarial comenzó hace menos de dos años con el lanzamiento de ChatGPT. Las empresas adoptaron herramientas generativas para aumentar la productividad: GitHub Copilot ayudando a programadores a escribir código 55% más rápido, asistentes de IA redactando informes, o sistemas de análisis procesando datos. Era la fase de "aumentación", donde la IA amplificaba las capacidades humanas sin reemplazarlas.

La segunda ola, que está emergiendo ahora, es radicalmente diferente. OpenAI lanzó Operator en enero de 2025, un agente capaz de navegar la web, llenar formularios y realizar compras de forma autónoma. Anthropic presentó Claude Computer Use, que puede controlar computadoras completas. Google recientemente ha anunciado Agentspace, un espacio donde crear tus agentes paso a paso. No son herramientas que requieran supervisión humana constante, son agentes que ejecutan tareas completas de principio a fin.


La automatización ya está aquí

Los datos de 2024-2025 confirman que estamos en un punto de inflexión. Según McKinsey, el 78% de las organizaciones usan IA en al menos una función empresarial, un salto desde el 55% en 2023. El 65% ya usan IA generativa regularmente, duplicando el porcentaje del año anterior. La inversión global en IA superó los 100 mil millones de dólares en 2024, con el 46% de todo el capital riesgo en Estados Unidos dirigido a empresas de IA. Las empresas están avanzando en la automatización y eso ya está generando valor. Pero no perdamos de vista lo esencial: esto es solo la primera ola. La verdadera transformación viene con la segunda, y será mucho más profunda.

El dato más contundente es el desplazamiento laboral. Microsoft despidió 6,000 empleados en mayo de 2024 mientras su CEO Satya Nadella anunciaba que el 30% del código de la empresa ahora lo escribe IA. Google eliminó cientos de puestos en equipos de ventas publicitarias para "renovar el enfoque en la IA". British Telecom planea reducir 10,000 empleados de su plantilla en siete años mediante automatización. El 41% de los empleadores anticipan reducciones de plantilla entre 2025-2030 donde la IA pueda automatizar tareas, según el Foro Económico Mundial.

El retorno de inversión ya es medible. IBM reporta un ROI del 13% en sus implementaciones de IA avanzada. Las empresas líderes esperan el doble de retorno que sus competidores. Klarna pasó de pérdidas de 456 millones a utilidades de 66 millones, con un aumento del 73% en ingresos por empleado. La ecuación es clara: menos empleados, más productividad, mayores márgenes.


Estrategias para la supervivencia empresarial

La pregunta no es si adoptar agentes de IA, sino qué tan rápido y profundo hacerlo. Las opciones estratégicas se reducen a tres escenarios, cada uno requiriendo acciones específicas:

-Escenario optimista: Si la adopción es fluida y los beneficios claros, las empresas deben invertir agresivamente ahora. Esperar puede parecer seguro, pero el costo de no actuar pronto crecerá mucho más rápido de lo que parece. Es el momento de pensar con visión, y no dejar que la inercia del mercado decida por nosotros. Contratar talento nativo en IA, transformación cultural, establecer partnerships con líderes tecnológicos y reimaginar procesos completos, no solo optimizarlos.

-Escenario realista: Si la transición enfrenta fricciones -resistencia cultural, problemas de integración, incertidumbre regulatoria- la estrategia debe ser gradual pero decidida. Identificar casos de uso de alto impacto, invertir masivamente en gestión del cambio y mantener flexibilidad financiera para una transición extendida.

-Escenario pesimista: Si la disrupción es caótica -desempleo masivo, regulación restrictiva, concentración monopolística- las empresas deben adoptar una postura defensiva. Enfocarse en capacidades humanas únicas, diversificar proveedores de IA y construir una narrativa sólida de responsabilidad social.


¿Y de qué depende el escenario que finalmente encontraremos? No tenemos certezas absolutas -no somos gurús- pero sí tenemos algo muy valioso: claridad sobre lo que no sabemos, y sensibilidad para identificar los factores clave que marcarán la diferencia. Entre ellos: el contexto geopolítico, la agilidad con la que las instituciones regulen y apoyen la transición (especialmente para las PYMEs), y la capacidad de las empresas para adoptar una mentalidad abierta y estratégica.

Y aunque el entorno pueda cambiar, hay una constante: la actitud. Sea cual sea el escenario, lo fundamental es estar en la partida. No sabemos con certeza cómo será el futuro, pero sí sabemos lo meritorio que es levantar una empresa en este país. Sabemos que las personas que lo han hecho posible no van a rendirse. Y sabemos también que merecen todo el apoyo y la ayuda que se les pueda ofrecer.


La historia juzgará a los líderes empresariales de 2025 no por lo que preservaron, sino por lo que tuvieron el coraje de transformar. Estamos creando la primera tecnología en la historia que puede actuar con inteligencia de forma autónoma. La pregunta para cada empresario es simple pero existencial: ¿serás quien tome las decisiones sobre cómo usar estos agentes, o será tu competencia?

El momento de actuar no es cuando la transformación sea evidente. Es ahora, cuando todavía parece opcional. Para las PYMEs, esta es una oportunidad histórica. Toca arremangarse y usar la IA agéntica para acortar distancias con los grandes, aprovechando tu mayor agilidad. El partido sigue abierto.

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